En una partida de Onitama los jugadores colocan sus cinco piezas (un maestro y cuatro discípulos). El tablero de juego es un bonito tapete enrollable con una cuadricula de 5×5 y con un diseño de temática japonesa realmente bien conseguido. A partir de ahí, los jugadores moverán sus peones tratando de eliminar los del contrario. El ganador será aquel que consiga atrapar al maestro rival o que consiga llegar al otro lado del tablero con su maestro.
Cada jugador cuenta con dos cartas que muestran un movimiento posible para cualquiera de sus piezas. Hay una quinta carta, que no puede ser usada por ningún jugador en su propio turno, pero que intercambiarás por una de tus dos cartas (la que hayas usado en tu turno). A continuación el otro jugador hará lo mismo. Onitama ha sido comparado con algunos aspectos del ajedrez (sus fichas desplazándose por tablero con forma de cuadrícula, peones, un maestro que marca el fin de la partida…).
Lo cierto es que es una opción fantástica para cuando buscas un juego para 2 jugadores, con partidas ligeras y con reglas que se explican en un par de minutos. Además, se trata de un juego equilibrado en el que no se da una diferencia insalvable cuando un jugador sea más experimentado que el otro. Quizás porque la clave para ganar una partida sea tanto la acertada ejecución de tus movimientos, como usar los movimientos de tu adversario a tu favor.