El rey Pedro V quiere convertir a Lisboa en una ciudad despierta a la modernidad. Para ello, ha ordenado que las plazas y calles de la ciudad se pavimenten con esmero y elegancia. De un juego basado en el arte de pavimentar, cabe esperar un gran componente abstracto, ya que gira en torno a la construcción de patrones con baldosas. El juego Rossio se basa en dos premisas:
- Todo el mundo está construyendo en la misma plaza
- Todos intentan sacar provecho de lo que se construye en la plaza
En su turno, el jugador activo recluta una de las cartas de cantero que puede jugar boca abajo (gratis), o boca arriba (cuesta dinero, aunque a veces no tendrás suficiente dinero). Según avanza la construcción de la plaza, la posibilidad de hacer buenas puntuaciones crece exponencialmente. En ese momento, aparecen más patrones en el tablero y los jugadores se van haciendo una idea más clara de qué movimientos o estrategias les resultan más convenientes.
Rossio es un juego familiar pero con decisiones interesantes en cada turno. El juego acaba cuando se termina de pavimentar la plaza, momento en el que el jugador con más puntos se llevará la partida.